Fresno: El Mago
Del 25 de Mayo al 3 de Junio y Del 22 de Noviembre al 1 de Diciembre
El fresno es un árbol de gran circunferencia y tremenda altura. Algunos se elevan a más de 50 metros de altura. Este crecimiento se debe a unas raíces poderosas. A los celtas el fresno les revelaba que toda montaña, edificación y persona sólo se levanta si tiene una profunda conexión con la Tierra.
En su gran masa, altura y raíces profundamente arraigadas hay metáforas que los celtas usaban para explicar la mente y el espíritu. El fresno nos habla del crecimiento y de la expansión que sólo se producen si se tiene una mayor perspectiva. Y también que cuando se tiene una mayor altura, también es mayor la necesidad de permanecer conectado a la tierra, bien arraigado.
Tan profundo era este concepto para los druidas que concibieron que el fresno era el punto de unión entre la tierra y el cielo.
El fresno se asocia con el fuego, por sus increíbles cualidades de combustión. La madera de este árbol arde con un calor intenso, incluso cuando está verde. Más motivos para relacionarlo con las ideas de resurrección y renovación de los celtas.
Por ello el fresno era utilizado para los rituales de protección, pues se creía que una gran variedad de energías estaban contenidas dentro de su gran cuerpo. En concreto, se pensaba que el fresno era el guardián de los niños. Hoy en día se sigue utilizando como un agente curativo para enfermedades de la infancia.
Esta asociación con los niños puede proviene del mitos de la creación celta, que considera al fresno como la cuna de la vida, y un gigante protector de la juventud.
Los nacidos bajo el signo celta del fresno reúnen estas características: son libres pensadores. Imaginativos, intuitivos y artistas naturales. Creadores y protectores de la vida.
Ven al mundo en la pureza del agua y del color, de la vida y de la luz. Entienden las relaciones entre la vida y los actos: que sólo en justicia y bienestar podemos florecer.
Hay que mencionar que a pesar de su talente alegre y vivaz tienen una tendencia al mal humor y se retiran de fiestas y reuniones, a veces, para estar consigo mismos. Esto se debe a que su paisaje interior está en constante movimiento y renovación, y prefieren vivir su evolución a solas y tranquilamente.
Nunca pierden contacto con su musa, que no es otra que la naturaleza. Del mismo modo, inspiran a otros a encontrar su vena más artística.
Suelen practicar toda la gama de las artes, sobre todo la escritura y especialmente la poesía, aunque también se inclinan por la ciencia y la teología
Sus signos más compatibles: Arce y Avellano.