Piedras de Leo
El signo de Leo es el más afín al sol, y por ello sus nativos tienen una natural cercanía con el poder: lo ejercen, lo seducen, lo ganan a dondequiera van. El suyo es el signo de los líderes natos y de los que no se dejan amedrentar por los retos de la vida.
Seductores, magnéticos, imponentes, no acepan un no por respuesta… Y ese es el principio de sus problemas. No lidian bien con el rechazo ni saben negociar. Creen que todo se resuelve con luchas y conquistas, y suelen saltarse las barreras del esfuerzo y la dedicación.
¿Qué piedras preciosas son las más adecuadas para el signo del gran felino?
Rubí, topacio y ojo de tigre: las tres son rocas que se relacionan con el león, con su poderosa visión, con la magnificencia que lo reviste, con la intuición que debe guiarlo. Estas tres piedras son, ante todo, reconocidas por lo que hacen con la luz. Por la forma en que se apropian de ella y la devuelven al mundo tamizada por sus propios términos.
Eso es lo que hace Leo: toma lo que la existencia cuanto pone a su alcance, y lo devuelve al camino de la vida enriquecido por su sabiduría y experiencia. El trabajo de un rey.
Rubí. Una gema en la que vemos reflejados los ojos del león. Desde tiempos lejanos se ha relacionado con el equilibrio que debe poseer toda persona al mando de su vida, de un proyecto, de una empresa, pues ofrece a quien la porta amplitud de visión: ayuda a adelantarse a las situaciones que pueden poner en problemas a un líder, y hacen firme al corazón que debe tomar decisiones urgentes.
También es una piedra preciosa relacionada con la bondad y la generosidad, pues un rey sin cruzada no es un rey. Y darse por lo que se aman es la mejor de las causas. Una tarea que no es sencilla para los de un signo que se ama a sí mismo por encima de todas las cosas.
Topacio. Una bella gema que siempre se ha relacionado con la salud y con la resistencia física. Es una de las rocas con mayor resistencia tiene, y que ofrece un mayor índice de efracción de la luz. Viene en una gran variedad de colores, pero el Leo debe tenerlo en su color más notable: el azul.
Ojos de tigre. Este suntuoso cuarzo oculta, bajo su aspecto vegeta, a uno de los mayores potenciadores de la intuición. Es una piedra que permite a su portador ver más allá de lo inmediato y de lo evidente. Aporta a un Leo esa otra mirada más allá de las apariencias que su impulsividad parece negarle.