Flores para Virgo
Si hay un signo que tiene una relación especial con las flores, ese es el de la damisela. Los nativos de Virgo son, en muchos sentidos, como flores que nunca dejan de florecer y bendecir con sus colores y su energía a todos los lugares a los que van. Su inagotable vitalidad parece ser la de la primavera convertida en una persona, que nos hablará con infatigable alegría de los dones de las abejas y de la hierba, de los atributos del agua y de los arco iris.
Virgo parece nacido entre hadas y ninfas. Como si no sólo amase a las flores, sino que además parece que estuviera hecho, de alguna manera, de ellas. Sobre todo de esa flor que ha tenido en suerte ser la que lo representa.
La flor de Virgo: Margarita
La margarita es la flor más juguetona, no sólo porque se trate de la flor que se usa para el clásico “Me quiere, no me quiere”, si no porque además es una flor que relacionamos con la alegría y el goce de vivir. A ello ayuda su aspecto desinhibido y juguetón, como si hubiera sido confeccionada por una criatura del bosque, con sus pequeños y blancos pétalos...
Sin embargo, en la antigüedad las margaritas eran algo muy serio: druidas y otros pueblos del bosque vieron en su figura un reflejo de las estrellas, y creían que quien las consumiera adquiría una infalible sabiduría astronómica y astrológica.
Ligadas, pues, a toda forma de saberes, las margaritas representan la secreta sabiduría de los nativos de Virgo: aquella que se oculta bajo una belleza despreocupada y ligera; la sabiduría con la que nacemos y que está hecha de intuición y naturaleza.
Para que las margaritas acompañen con sus potestades a Virgo lo mejor es que las tenga sembradas en su jardín o macetas, adornando el exterior y las ventanas, bien dispuestas hacia los aires de la noche, para que se nutran de la luz de los astros.
Se creía que las margaritas eran el alimento natural de las hadas, con lo que su mera presencia garantiza que a Virgo no le faltará magia en su vida.
Los romanos creían, de hecho, que esta flor tiene su origen en una ninfa que escapaba de un fauno. Para no ser violada por este ser, Belides se convirtió en una margarita, y escapó así del terrible peligro. Por eso se considera la margarita un amuleto de gran protección.
Hay que mencionar que la margarita s más de lo que se ve en ella a simple vista: su botón central está hecha de decenas de pequeñas flores amarillas. Flores dentro de flores, como vidas dentro de vidas caben en la existencia de cada Virgo.